El programa “El Legado de…” se adentra en esta ocasión en la vida personal y profesional de los cantantes Ramón Arcusa y Manolo de la Calva, El Dúo Dinámico. El presentador del programa, Enrique Romero, conversará con los precursores del fenómeno fan y el rock and roll en la España de los años 50.
Programa dedicado a una de las grandes estrellas de la música española, Rocío Dúrcal.
Susana de las Heras, hermana de la cantante, se entrevistará con Enrique Romero para hablarnos de la parte más íntima y personal de la artista. Desvelará cómo fueron los inicios de Marieta, cómo la conocía todo el mundo fuera de los escenarios y cómo fue su abuelo el que a escondidas de sus padres la llevaba a concursos de radio siendo solo una niña. Susana hablará de la Marieta madre y ama de casa, y de sus manías antes de salir a actuar. También desvelará cómo Rocío se enfrentó con fuerzas a uno de los momentos más duros de su vida: el cáncer que años más tarde acabaría con su vida.
“El Legado de…” conversará también con el hermano de Junior, Miguel Morales, y su mujer, Fedra Lorente. Ambos recordarán cómo fue el comienzo de la historia de amor entre Rocío Dúrcal y Junior, y cómo fue ella quién se le declaró cuando aún mantenía una relación con Juan Pardo. Hablarán también de la carrera musical de sus hijos y de cómo la familia se hundió por completo tras perder al pilar fundamental de sus vidas, Rocío.
Artistas como Ángela Carrasco y Charo Reina recordarán cómo fueron aquellos años de éxito en México, un país importantísimo en la carrera de la artista donde Rocío Dúrcal se convirtió en la verdadera reina de las rancheras. Nos desvelarán cómo llevaba el vivir tantos meses de gira lejos de su familia y cómo la figura de Junior, que sacrificó su carrera artística para cuidar de sus hijos, fue fundamental para ello.
“El Legado de…” dedicado a la figura de Rocío Dúrcal contará también con las entrevistas a personajes como Boris Izaguirre, Tico Medina, Nieves Herrero, Fosforito o la actriz Norma Ruiz entre otros, que con su testimonio pondrán en valor a la artista tanto en su faceta más profesional como en la personal.
La compuso Bernardo Bonezzi con 13 años y se grabó a principios de la Movida para un disco de Los Zombies que se tituló Extraños juegos. Fue la canción que sacó al grupo de los ambientes underground y lo metió en los programas de moda de Televisión Española. No me cabe duda de que hoy hubiera repetido o multiplicado su éxito.
Es una de mis tres canciones favoritas de la época (junto a Camino Soria y Cadillac solitario) y me encanta escucharla porque me pone de buen humor. Me aporta ese contrapunto freak a mi forma habitual de ser, y me ilusiona tropezarme con versiones 30 años después de haberse dado a conocer. Ahora ha sido gracias a Carlos Sadness, a quien le viene el tema que ni pintado. Si no, comprueben…
Podría decirse perfectamente que Biografía autorizada es un libro-disco. Con una particularidad: el disco no viene físicamente incluido. Es una banda sonora que el lector escucha conforme avanza en la historia de Carlos J., una estrella del rock dispuesta a componer su disco más autobiográfico. Porque la novela rezuma, sobre todo, música, aunque por supuesto mucho más. Música y Modernidad en la España (Córdoba, Sevilla y Madrid principalmente) de los años 80, aquella que, en efecto, vivió la explosión creativa de una gente machacada culturalmente por el antiguo régimen.
Una novela que rinde tributo a los grandes grupos de rock (Joy Division, The Cure, Gabinete Caligari, 091, Héroes del Silencio…), al cine (El Padrino, Uno de los nuestros…) y a las series de televisión (House of cards, The Walking dead…) a la vez que reivindica el papel capital que juega la cultura en la educación intelectual y sentimental de la persona.
Un día de estos nos descuidamos y Carlos de France compondrá la canción perfecta. Desde luego, va camino de ello. Sin hacer ruido, pero con un trabajo minucioso y artesanal. Escribiendo y puliendo canciones hasta que logran su punto óptimo de maduración, que es cuando las graba y las ofrece a un público al que respeta tanto como su público le respeta a él. Solo los que conocen su música y han asistido alguna vez a un concierto suyo sabrán bien de lo que hablo. Y es que el Arte tiene esas cosas: Unos hacen el mérito y otros se llevan la fama.
Amélie aún se refugia en la soledad. Se entretiene con preguntas tontas sobre el mundo tales como: «¿Cuántas parejas tienen un orgasmo en este justo instante?»
Durante mucho tiempo, si me hubieran preguntado con quién me hubiera gustado tropezarme por la calle, no habría dudado un solo segundo en contestar, siempre, el mismo nombre de mujer. Por eso, aquella noche, al girarme de un cajero cualquiera de la calle del Barquillo de Madrid, no pude esconder mi sorpresa. Tampoco mi alegría.
Ella estaba allí, vestida completamente de negro, cargada con varias bolsas de boutique, paso sigiloso y su inconfundible mirada felina. Pasó a un metro de mí justo en el momento en el que debía seguir mi camino, que iba a ser, afortunadamente y durante varios minutos, el mismo que el suyo. Ambos íbamos hacia la Gran Vía. Serían, calculo, las diez de la noche de un sábado que, por otros motivos, prometía.
El 15 de diciembre de 2005 fue un día gris para todos los seguidores de Elefantes. El grupo, uno de los más capaces del pop español, anunció su disolución sin aclarar motivos ni dar pistas sobre lo que sería de cada uno de ellos. Parecía inexplicable porque el éxito venía abrazándoles desde su disco Azul, un placer para el oído, y era ciertamente difícil asumir la desaparición de aquella perfecta conjunción entre la dulzura de Shuarma, su compositor y cantante, y la instrumentación potente y sugestiva de los demás miembros del grupo. Pero así es la vida, se esfumaron como nubes blancas.
Está a punto de llegar a casa gran parte de la aportación andaluza a la bella historia del pop español. Es un señor que no confiesa –ni oculta- su edad, y lo digo porque ya se sabe lo que suele pasar en cualquier fiesta, todos empiezan preguntando lo mismo: edad, trabajo y estado civil [como si acaso fuera importante para acabar donde hay que acabar]. Pero quien quiera ir haciendo cálculos, que tenga en cuenta que el primer disco lo sacó en 1982 [Sueños] con Danza Invisible y aún no ha parado. Desde entonces, él y los suyos han sido el buen rollito de cualquier fiesta con pretensiones de divertir al personal. Hoy, en cambio, él no va a ser la banda sonora de nada sino el invitado principal de la que esperamos sea una gran noche. Son las cosas de Internet. Ding-dong…