«No vuelvo a probar el alcohol». Es lo primero que piensas cuando al beber se te va la mano. Porque una buena resaca es realmente dura de llevar. Sus síntomas más comunes, como sabes, son: irritación de garganta, acidez de estómago, diarrea, vómitos, temblores, dolor de cabeza y malestar general. Pero siguiendo estos sencillos consejos te levantarás «como una rosa». Se acabó aquello de «noches alegres, mañanitas tristes». Seguir leyendo