De los creadores de «Bankia, pulmones y branquias», ahora una fandango road movie, una nueva aventura por los bancos de Sevilla que pone los vellos de punta. Creo que a este paso tendrán que poner en las sucursales bancarias el mismo cartel que ponían antiguamente en los bares: «Prohibido el cante». Y es que, aunque se nos haya olvidado, la música -como la poesía- es un arma cargada de futuro.