Johnny Cash, Nina Simone, Bob Dylan, Víctor Jara, Aretha Franklin… Todos tienen algo en común: pertenecen a ese escueto puñado de artistas rebeldes, valientes, que han sido capaces de jugarse el tipo para explorar sus propios territorios, al margen de las corrientes éticas (mucho más importantes que las estéticas) que les tocaron vivir. José Domínguez ‘El Cabrero’ pertenece a ese linaje de artistas incorregibles, como ha demostrado a lo largo de su extensa y prolífica trayectoria vital.
Agradezco a la vida haber crecido con sus cantes. Sus fandangos forman parte del sonido de mi infancia, en los infinitos olivares de Jaén. Mientras otros niños de mi edad se embelesaban con la canciones de Enrique y Ana o Parchís, a mí lo que me emocionaba de verdad era escuchar a José cantando aquello de…
Muchos prometen la luna
hasta llegar al poder.
Muchos prometen la luna
y cuando arriban se ven
no escuchan quejas ningunas
y te tratan con el pie.
Dice un libro que leí
que el poder da mucha fuerza.
Dice un libro que leí,
pero no entra en mi cabeza,
que yo tenga que vivir alabando la riqueza.
Y es que José, además de sus bellísimos cantes líricos, aún por estudiar y divulgar, dedicó buena parte de su carrera a quejarse de lo mal que está hecho el mundo, y de lo injusto que es que siempre sean los mismos quienes tengan que pagar las facturas de la fiesta. Y quizás eso, lo de no quitar el dedo de la llaga, fue lo que lo apartara, durante tanto tiempo, del reconocimiento que se merecía, como ser un invitado ineludible en la Bienal de Flamenco de Sevilla u otorgársele la Medalla de Andalucía, que sí tienen otros cantaores de menos relevancia y menor tirón popular. Porque hay que recordar que a esa carrera tan audaz no le faltó nunca la bendición del público, que abarrotaba festivales para verlo a él, mucho más que incluso a otros cantaores, digamos, más ‘cool’, más ‘fresquitos’ como se decía entonces. O lo que es lo mismo: más acordes con los intereses del poder… Ir por libre, es lo que tiene. Eso ha sido así desde el principio de los tiempos.
Pero alguien tenía que venir a poner pie en pared, a no dejar que el tiempo diluyera el legado de El Cabrero. Porque sus cantes seguirán siempre ahí, sí, disponibles para la afición, pero era necesario un gran documental con la historia de José. Porque no es justo privar, a los aficionados del futuro, de su trascendental historia. De la vida de un cabrero que nunca renunció a su ganado para triunfar en los escenarios, ni colgó las botas para seguir de pasto con sus cabras. Es conmovedor saber que José, mientras escuchaba los encendidos aplausos en un abarrotado teatro de París, en lo que pensaba era en dónde llevar a comer a su rebaño a la mañana siguiente.
Pues ese imprescindible documental se llama Mi patria es la libertad, y está producido y dirigido por Joaquín Mimbrero de Culturas Indómitas, y cuenta con el guion de quien mejor conoce los entresijos de la vida y la carrera del cantaor, su pareja Elena Bermúdez, compañera infatigable durante los últimos 50 años. Nadie mejor que ella podría elegir los pasajes y los cantes más relevantes de José.
SINOPSIS
Mi patria es la libertad es el retrato de un artista que trascendió su arte, de un icono imperecedero, de rabiosa actualidad. La historia de una las carreras artísticas más fulgurantes y atípicas de un cantaor flamenco clásico y rotundo en sus convicciones. Es imposible separar lo que canta de lo que es y viceversa.
La suya no solo era, y es, una voz necesaria porque lo que reclama es una vida justa y humana, sino que, además, su integridad y honestidad se mantuvo impoluta, negándose a servir de altavoz de otros intereses o rechazando reconocimientos con los que pretendían comprarle.
Tan grande era su figura que no es de extrañar que ahora se le eche de menos en mil sitios: en la dehesa y en la trinchera, en el auditorio, en las convicciones y en el alma. Es el grito del pueblo.
INTERVIENEN
Además de familiares y amigos, que cuentan las anécdotas más interesantes y desconocidas de José, aparecen otros artistas como Paco Ibáñez, periodistas como Pilar del Río o Antonio Ortega, escritores como Javier Salvago o flamencólogos como Manuel Martín Martín. En el plantel de participantes, tengo el gusto de hacer mi modesta aportación sobre una familia que no solo forma parte de mi identidad sentimental, sino que además he tenido la suerte de conocer bien a lo largo de mis años en televisión.
DÓNDE VER EL DOCUMENTAL
Por estricta coherencia con lo que ha supuesto José a lo largo de su vida, el proyecto nació con la intención de ser difundido en abierto y de forma gratuita, por lo que está disponible en este enlace de Youtube, donde en apenas 4 días ya roza las 25.000 reproducciones. Su público, repartido por el mundo, anhelaba este documental sobre uno de los más grandes cantaores en la historia del flamenco. Pero atención, porque no será el único.